Ecológico
11/10/18
Clarín
Eficiencia energética, una forma de vivir igual y gastar menos

La mirada de la experta Andrea Heins sobre el impacto de la suba de tarifas en los hábitos cotidianos.

 

 

Por Andrea Heins (*)

 

La energía es un recurso fundamental para todas las actividades humanas. En particular en nuestros hogares, necesitamos energía para iluminarnos, bañarnos, cocinar y refrigerar los alimentos, utilizar equipos como celulares, computadoras y televisores, y climatizar los ambientes, por citar algunos usos. Si bien la energía está presente en casi todas nuestras actividades cotidianas, es un recurso invisible, y es difícil darle valor a algo que no vemos.

 

Dos razones suelen hacernos valorar un recurso de este tipo. La primera es la escasez. Seguramente vamos a valorar mucho más un bien intangible cuando no lo tenemos disponible y eso limita nuestro bienestar. Con la energía pasa eso: hasta que no se nos corta el suministro, no advertimos todos los usos que le damos. La otra razón es cuando nos impacta en nuestra economía, algo que siempre ocurre directa o indirectamente.

 

Durante los años que tuvimos energía subsidiada el impacto fue indirecto y, por ende, mucho menos perceptible: lo pagamos a través del déficit fiscal y llegamos a creer que la energía no costaba nada. Desde 2016 estamos en un sendero de adecuación tarifaria con el objetivo de pagar por la energía lo que realmente cuesta. En este sendero empezamos a sentir el impacto de manera directa en nuestras cuentas domésticas.

 

Cuando comenzamos a hablar de Eficiencia Energética y de Uso Responsable de la Energía, en muchos casos fue percibido de forma negativa -“encima que me suben las tarifas me dicen cómo tengo que usar la energía”-, cuando en realidad el objetivo era el opuesto: “como estamos adecuando las tarifas, te contamos qué podés hacer para gastar menos sin disminuir tu calidad de vida”.

 

Ahí está la clave. Debemos entender que la energía es un bien escaso y costoso, y que necesitamos incorporar hábitos para reducir el consumo con un uso más responsable. Desde algo tan simple como apagar la luz cuando me voy de una habitación, apagar el piloto del calefón o cocinar con la olla tapada; hasta tener en cuenta la Etiqueta de Eficiencia Energética al momento de comprar un equipamiento para el hogar, una herramienta que nos brinda información muy útil y poco utilizada por la mayoría de los consumidores.

 

Debemos reconocer a la Eficiencia Energética como la solución que todos tenemos a nuestro alcance y que podemos implementar con beneficios inmediatos, teniendo en cuenta los nuevos escenarios.

 

 

(*) Ex subsecretaria de Ahorro y Eficiencia Energética de la Nación.