Ecológico
12/12/16
La Vanguardia
El sector del agua fluye hacia la economía circular

La reducción de recursos, la reutilización y el reciclaje son los pilares del nuevo modelo.

 

En un mundo en el que la escasez de recursos naturales es cada vez más preocupante, el sistema actual de “usar y tirar” va dejando paso al concepto de economía circular, basado en ser más eficientes en el uso de recursos, maximizar su ciclo de vida, y evitar la acumulación de residuos.
Los gobiernos europeos ya han comenzado a introducir medidas e instrumentos que permitan cambiar la manera de producir y consumir hegemónica hasta ahora, favoreciendo los recursos renovables y optimizando su rendimiento mediante la recirculación de productos, componentes y materiales. También es prioritario definir modelos empresariales en los que los fabricantes puedan ser incentivados económicamente para recoger, volver a fabricar y distribuir los productos.
En el sector del agua hace tiempo que se han producido avances en este sentido, en forma de soluciones para poder realizar el mismo servicio (captar el agua, potabilizarla, distribuirla, recuperarla, depurarla y devolverla al medio natural) con el mínimo impacto medioambiental. Un buen ejemplo de economía circular es la evolución de las depuradoras, que de ser unas plantas de tratamiento de agua residual están pasando a convertirse en “fábricas de recursos”: instalaciones industriales que, a partir del uso de agua residual como materia prima, generan productos que se reintegran en la cadena de valor. Principalmente se trata de agua regenerada y subproductos susceptibles de valorizarse, como los lodos, que pueden producir biogás para ser utilizado como fuente de energía en la propia depuradora, o bien convertirlo a biometano, que se inyecta en la red de gas natural para ser usado en industrias, hogares y vehículos.

 

La clave está en la innovación

 

Para avanzar hacia un modelo de economía circular en el que se eviten consumos innecesarios y los residuos puedan reutilizarse o valorizarse para nuevos usos, la innovación es imprescindible. Por ello, Cetaqua -el centro tecnológico del agua creado en 2007 por Aigües de Barcelona, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC)- ha tenido desde sus inicios la sostenibilidad como premisa para su actividad: el desarrollo de nuevas soluciones en el ciclo integral del agua. Su modelo organizativo se basa en integrar el mundo científico, público y privado, con el objetivo común de realizar investigación especializada y de calidad.


La red de Cetaqua (Centro Tecnológico del Agua) fomenta el intercambio, el desarrollo de proyectos colaborativos y la participación en otras redes y plataformas tecnológicas a nivel nacional e internacional.

 

Reutilizar las aguas, el principal reto

 

El agua tratada puede utilizarse para riego (agrícola o urbano), usos industriales o infiltración de acuíferos, entre otros. A pesar de que su uso ha ido en aumento a nivel mundial, su implementación aún está en una fase incipiente. España es uno de los países europeos con mayor potencial de reutilización de aguas, pero la realidad sólo representa un 12% de la capacidad posible.

Con el objetivo de avanzar en esta aplicación, desde Cetaqua (Centro Tecnológico del Agua), se están desarrollando varios proyectos que pretenden fomentar la reutilización. Desde el punto de vista tecnológico, en la EDAR (Estación Depuradora de Aguas Residuales) del Baix Llobregat, situada en El Prat, Cetaqua lidera dos proyectos europeos que tienen como objetivo identificar tecnologías que permitan proporcionar la calidad requerida del agua tratada en función del uso: LIFE aWARE, focalizado en usos urbanos y medioambientales y LIFE WIRE, para usos industriales.


 

 

 

 

 

 

Además, para que la economía circular se convierta en una realidad, se requiere una visión global e integradora y la involucración de diferentes actores. Un ejemplo es el proyecto realizado por el municipio de Sant Feliu de Llobregat, pionero en la aplicación de medidas de este tipo y liderado por Cetaqua, pionero en la aplicación de medidas de este tipo, liderado por Cetaqua en colaboración con el Ayuntamiento y Aigües de Barcelona: se ha desarrollado una metodología para plantear un modelo de economía circular en un territorio, analizando las sinergias entre agua, energía y residuos existentes entre los diferentes actores clave del municipio, como el parque industrial, los servicios municipales y la agricultura, entre otros. Así, en Sant Feliu de Llobregat se ha identificado un paquete de 10 medidas u oportunidades de economía circular. A partir de este tipo de acciones, y analizando las oportunidades con visión global, se logrará llevar el modelo de economía circular a su máximo potencial.