Esta planta inaugurada en José León Suárez permitirá transformar los desechos en combustible alternativo y contribuirá con la problemática de la disposición en rellenos sanitarios de los residuos generados en el Área Metropolitana de Buenos Aires.
Con una capacidad productiva de 150 toneladas diarias, se inauguró en José León Suárez la primera planta del país que producirá Combustible Sólido Recuperado (CSR) a gran escala.
Esta planta de tratamiento de residuos industriales no especiales es la más grande de Sudamérica, y permitirá transformar los desechos en combustible alternativo útil como insumo en procesos productivos y contribuirá con la problemática de la disposición en rellenos sanitarios de los residuos generados en el Área Metropolitana de Buenos Aires, al aprovecharlos como parte del proceso productivo de combustible derivado de residuos (CDR).
Se trata de la empresa Arcillex, que además de mitigar el déficit energético nacional, integrará socialmente a antiguos cartoneros y recuperadores urbanos. Esta empresa recibió el financiamiento de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT) del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, por $10.006.533.
Este proyecto también permitirá aprovechar la flota de camiones que volvían vacíos y ahora tienen la posibilidad de entregar a las cementeras un combustible renovable.
La planta constituye la primera experiencia argentina a gran escala de producción de combustible sólido recuperado a partir de residuos sólidos industriales y comerciales. La producción inicial será destinada a abastecer la demanda energética de la planta de materiales para la construcción de ARX Arcillex y a la provisión de energía para las empresas cementeras Loma Negra y Cementos Avellaneda.
En 2013, el Proyecto ARX CDR (Combustible Derivado de Residuos) fue aprobado por el Fondo de Innovación Tecnológica Regional (FITR), que administra el Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC) de la Agencia, en el rubro Ambiente y Desarrollo Sustentable y como contribución a la construcción de la planta.
Arcillex y la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) formaron un consorcio y llevaron adelante el proyecto basado en la aplicación de modernas tecnologías de valorización energética. La participación de investigadores de la UNGS fue con el propósito de concretar alternativas para reducir el volumen de residuos destinados a los vertederos y producir un combustible que reemplace a los combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) en los procesos de industrialización del cemento y la cal.