El "aumento de las temperaturas mínimas" y el "incremento de la cantidad de tormentas severas", son los indicadores "más claros" de la repercusión del cambio climático en nuestro país, según evaluó la directora del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) Celeste Saulo, en diálogo con Télam en la ciudad de Ushuaia.
El Servicio Meteorológico Nacional y el gobierno de Tierra del Fuego son anfitriones de la séptima reunión de expertos del "Consejo consultivo sobre observaciones e investigaciones y servicios en regiones polares y de alta montaña", que pertenece a la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y que se desarrolla en la capital fueguina hasta el viernes.
En ese contexto, Saulo explicó que todos los países están tomando dimensión de los efectos del cambio climático en zonas polares, y citó como ejemplo la temperatura récord de 17,5 grados centígrados registrada en 2015 en la Base Esperanza de la Antártida Argentina.
"El promedio de valores indica aumentos también en la Base Orcadas donde existen registros de temperaturas desde 1904. Todas las mediciones muestran una tendencia positiva", señaló la directora del SMN.
También agregó que este tipo de mediciones son "las alarmas" que utilizan los científicos para dedicar la atención a entender por qué se están dando estos cambios y cuáles podrían ser sus implicancias.
"La reducción de los casquetes de hielo polar se traduce en un incremento de aguas dulces que van a los océanos y aumentan el nivel del mar. Ese proceso implica grandes cantidades de energía que se ponen a disposición de la atmósfera y alteran la circulación oceánica", detalló la experta.
Sobre el caso puntual del territorio argentino, la titular del Servicio Meteorológico evaluó que son indicadores "claros" el aumento de temperaturas mínimas y la frecuencia de tormentas severas.
"No es que llueve más, por ejemplo, en el acumulado de un mes, sino que eso que antes llovía a lo largo de 30 días, ahora precipita de forma más concentrada en unas pocas jornadas", precisó.
Saulo también se refirió a la postura que deben tomar las autoridades frente a este tipo de variaciones, y se pronunció a favor de la generación de "ciudades resilientes".
"En el mundo hay un fuerte impulso a tomar decisiones urbanas de una manera que atiendan a este tipo de fenómenos naturales. El cambio climático no es quedarse mirando por la ventana. Implica mitigación y adaptación. Los gobiernos tienen la responsabilidad de tomar acciones. Eso es hablar de cambio climático. El resto es un eslogan", aseveró la especialista.
En esa línea, consideró que los organismos de todos los niveles deben "aunar esfuerzos" para "fortalecer las redes de observación", porque "de esos datos surgirán las medidas que deberán implementarse a futuro", indicó también la directora del Servicio Meteorológico.