Las inundaciones, que de manera cíclica castigan a la región productiva más rica del país, no son fruto de la casualidad, sino que por el contrario, tienen causas concurrentes. Una revisión técnica realizada por el Movimiento CREA (Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola) revela que las situaciones de anegamiento que se observan en muchas zonas del país son resultado de la interacción de tres factores clave: el clima, el uso de la tierra y las obras de infraestructura
Para CREA, el manejo de excesos hídricos debe tratarse necesariamente con "una mirada integral" para actuar sobre las relaciones que explican lo que ocurre con el agua en los sistemas de producción.
Técnicos de CREA demuestran que para entender la problemática se debe comenzar analizando las características geográficas del país.
Por un lado, la región pampeana presenta uno de los relieves más planos del mundo y por otro, varias zonas productivas tienen un clima sub-húmedo, que implica que en algunos años las lluvias sean mayores a la demanda atmosférica.
Ambos factores favorecen que en algunas circunstancias se observen napas altas, con eventual acumulación de agua en la superficie y con dificultades para su evacuación por las características del relieve.
En relación al clima, los técnicos de CREA afirman que desde la década del ´60 y al menos hasta fines de los ´90, las precipitaciones han aumentado significativamente en varias zonas de la Argentina.
El cambio climático
Asimismo, estudios muestran que en los últimos años se incrementó la frecuencia de eventos de lluvia extrema y que, en el marco del cambio climático, se espera que ocurra lo mismo en el futuro. Opinaron que la "situación de exceso que observan varias zonas actualmente tiene su correlato con lluvias acumuladas anormalmente altas en los últimos meses".
Sin embargo, algunos estudios muestran que no sólo hay grandes inundaciones por lluvias extremas, sino que también puede haber grandes áreas anegadas por una secuencia de dos o tres años con lluvias algo por encima de lo normal.
El uso del suelo es otro factor determinante para explicar los excesos hídricos porque modifica la infiltración, el escurrimiento y el consumo de agua.
La revisión realizada muestra que, por ejemplo, pasar de un ambiente rural a otro urbano disminuye la infiltración y aumenta significativamente el escurrimiento.
"Asimismo, en zonas con patrón de drenaje indefinido, el consumo de agua de la cobertura vegetal es una importante variable de equilibrio del balance hídrico", dijeron.
Finalmente, las prácticas de manejo y las obras hidráulicas son una herramienta clave para poder ordenar y amortiguar los excesos hídricos generados por el cambio de uso de tierras y las variaciones climáticas.
"Es menester que las diferentes instituciones públicas y privadas trabajen en red para estimular la toma de conciencia y puedan establecer planes a largo plazo que sean sostenibles para las distintas producciones, en el plano económico, social y ambiental, con una mirada integral", concluye el informe.