María Inés Blanco empezó a separar sus residuos hace más de siete años. Puerta a puerta fue convenciendo a sus vecinos de los beneficios de desechar el papel y el cartón por un lado, el plástico por otro y lo húmedo en una tercera bolsa. Vive en Ayres de Pilar, uno de los más de 200 barrios cerrados que tiene ese distrito bonaerense, que están obligados a discriminar la basura que generan.
Este esfuerzo colectivo tiene sus frutos: los de Pilar son los vecinos que menos desechos enterraron el año pasado en el relleno sanitario Norte III, donde se dispone la basura de la ciudad de Buenos Aires y de 32 partidos del conurbano.
En el otro extremo está San Isidro, que encabeza el ranking per cápita de enterramiento, aunque desde hace dos años disminuyó la cantidad de material que envía al relleno sanitario que administra la Coordinación Ecológica Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse).
Las cifras, procesadas por el equipo de LNData, cruzan los datos de los censos de población con la información oficial de la Ceamse sobre la cantidad de basura que se entierra por año y por distrito. De allí surge que cada vecino de San Isidro manda diariamente al vertedero 1,9 kilos diarios, mientras que un pilarense envía 328 gramos.
Según los especialistas, una de las variables que influyen en esta dinámica es el nivel de ingresos económicos: "La generación de residuos está directamente relacionada con el poder adquisitivo", dijo a LA NACION Marcela De Luca, docente del Instituto de Ingeniería Sanitaria de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Las políticas públicas y los programas de reciclado también inciden en los resultados: "A mayor nivel de ingresos, mayor cantidad de basura que se genera. Y en los niveles de enterramiento empiezan a pesar las políticas o las medidas que se implementan para la separación de residuos", agrega la experta.
"En Pilar, por ejemplo, todo lo que generan los countries es recolectado por un servicio privado", aseguró De Luca.
Hace casi dos años, el Organismo para el Desarrollo Sostenible bonaerense (OPDS) dictó una resolución por la cual los barrios cerrados y countries deben separar su basura y gestionar individualmente el contacto con los recuperadores, y además contratar un servicio de recolección de basura orgánica.
Blanco, una de las 800 vecinas de Ayres de Pilar, afirma que el porcentaje de residuos orgánicos que quedan luego de la separación es mínimo. "Muchos de nosotros tenemos jardines y huertas, y se termina usando como abono. Cuando empezamos, hace siete años, no era tan fácil convencer a la gente, pero ahora ya se han acostumbrado", comentó.
Otros distritos
Entre los que menos basura enterraron durante 2014 están los partidos de Magdalena, Ezeiza, General Rodríguez y Escobar.
Y entre los que más basura depositaron en Norte III se inscriben Vicente López, San Martín y la ciudad de Buenos Aires. San Isidro, como se dijo, el año pasado quedó primero, con casi dos kilos de basura por habitante. Ensenada, que quedó tercero en el ranking, con 1,44 kilos por día por habitante, entierra en el relleno de ese mismo distrito.
Paula Gómez Repetto vive en San Isidro y empezó a reciclar hace dos años, pero no tiene claro qué hacer con el material que separa: "Acá nadie recicla. Lo que hacemos es separar plástico y cartón en diferentes bolsas. Y después los sacamos y se los lleva el camión de la basura. La verdad es que no sé si eso después se separa o qué destino tiene. No hay muchas campañas informativas al respecto".
Gustavo Posse, intendente de San Isidro, explicó: "Que el municipio haya quedado primero es debido a que cuenta con dos árboles por habitante. Uno de los principales residuos es el verde (hojas, ramas, césped), que en otoño llega a casi el 20% del total de residuos. Otro motivo es que el nivel de residentes se mantiene, pero la cantidad de gente que ingresa al partido durante el día (por los polos sanitario, educativo y gastronómico) ha aumentado en la última década. Esto provoca que haya una mayor producción de residuos en el distrito".
La cantidad de basura que cada vecino deposita en el relleno más grande que tiene el conurbano varía según los años. Por caso, la Capital ha ido alternando el primer puesto con San Isidro. Los porteños figuraron primeros entre 2000 y 2004, y entre 2008 y 2012. Desde ese momento ha bajado drásticamente la cantidad de residuos por habitante que la ciudad entierra. Así, el año pasado quedó en el quinto lugar.
Según De Luca, influye la instalación y puesta en marcha de la planta de tratamiento mecánico biológica en la Ceamse, que recupera mil toneladas diarias. "A eso se suma la actividad de las cooperativas de cartoneros, aunque no hay números exactos. Si se instalan, como está previsto, dos nuevas plantas, se reducirá aún más", indicó la experta.
Cabe recordar que la Ciudad firmó un acuerdo con la provincia de Buenos Aires para reducir la cantidad de basura que entierra. Aunque no llegará a cumplir la meta de 78% comprometida para este año, la cantidad de material que se entierra en la Ceamse se redujo más de 40 por ciento.