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09/08/21
Argentinaforestal.com
Alerta roja mundial ante el nuevo reporte de los científicos de IPCC por el aceleramiento de los efectos extremos del Cambio Climático

El ser humano ha calentado el planeta a un nivel nunca visto en los últimos 2000 años. El nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático es un código rojo para la humanidad. Las señales de alarma son ensordecedoras y las pruebas son irrefutables”, señalan desde la ONU. Todos los científicos coinciden en observar que el clima está cambiando en todos los rincones del planeta a una escala sin precedentes. Algunos de esos cambios serán irreversibles por miles y cientos de miles de años. “Solo una acción enérgica y duradera en la reducción de gases de efecto invernadero puede limitar su alcance”, advierten la organización internacional.

 

ARGENTINA (9/8/2021).- AR6 Cambio climático 2021-2022. La base de la ciencia física, una contribución del Grupo de Trabajo I al Sexto Informe de Evaluación que aborda la comprensión física más actualizada del sistema climático y los efectos del cambio climático, reuniendo los últimos avances en la ciencia del clima y combinando múltiples líneas de evidencia del paleoclima, observaciones y comprensión de procesos, y simulaciones climáticas globales y regionales.

 

La gestión pública de los países respecto a la adaptación y mitigación de los efectos climáticos deberán acompañar este aceleramiento. “Hay cambios irreversibles, como el aumento del nivel del mar y los deshielos de los glaciares”, explicaron.

 

El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de las Naciones Unidas publicó este lunes un informe que revela que “se observado cambios en el clima en todas las regiones del mundo de forma más rápida e intensa. Se registrarán más a menudo inundaciones, sequías y olas de calor. Algunas de las conclusiones del reporte son que el ser humano es responsable del cambio climático y que algunos de los cambios producidos ya son irreversibles”.

 

Código rojo

El reporte científico sobre cambio climático responsabiliza en parte a la humanidad del aumento de fenómenos extremos. El secretario general de la ONU asegura que este estudio es “un código rojo” para el mundo.

 

El último gran informe de situación del IPCC, el panel de expertos vinculados a la ONU que lleva más de tres décadas sentando las bases sobre el cambio climático, señala que la humanidad “ha calentado la atmósfera, el océano y la tierra”, lo que ha generado “cambios generalizados y rápidos” en el planeta.

 

La anterior edición de este estudio data de 2013 y desde entonces las evidencias se han multiplicado, al igual que los artículos y análisis científicos que muestran las consecuencias de una crisis que ya ha generado cambios en el clima “sin precedentes” en los últimos miles de años y que en algunos casos serán “irreversibles” durante siglos o milenios.

 

Entre las consecuencias directas, además de la subida de las temperaturas medias, figuran los fenómenos meteorológicos extremos. Se trata de eventos similares a las olas de calor o las lluvias torrenciales que se están viviendo en las últimas semanas por distintas partes del globo y que ya han aumentado en intensidad y frecuencia debido al calentamiento generado por el ser humano, según confirma el informe.

 

Sexto informe del IPCC

El estudio que se ha hecho público este lunes y del que habla el mundo es el del grupo de trabajo I del sexto informe de evaluación del IPCC y en su elaboración han participado 234 expertos de 66 países. Los científicos han revisado más de 14.000 artículos y referencias publicadas hasta ahora para realizar su síntesis sobre los efectos físicos que ya ha tenido el calentamiento y los posibles escenarios en función de los gases de efecto invernadero que emita la humanidad en las próximas décadas.

 

Esos gases se liberan fundamentalmente cuando se queman los combustibles fósiles para generar energía y son los responsables del sobrecalentamiento del planeta. Desde la Revolución Industrial las emisiones no han parado de crecer, llegando hoy a niveles insólitos.

 

Dos ejemplos: la concentración en la atmósfera del dióxido de carbono (CO?) —el principal de ellos— es la más alta a la que se ha llegado en los dos últimos millones de años; las de metano y óxido nitroso —los otros dos grandes precursores del calentamiento— no habían alcanzado unos niveles tan altos en los últimos 800.000 años. Esto tiene una consecuencia clara: el aumento de la temperatura media global está ya en 1,1 grados respecto a los niveles preindustriales; y el ritmo de calentamiento planetario es tal que no hay precedentes de un proceso similar en al menos los últimos 2.000 años, apunta el informe del IPCC.

 

El estudio advierte de que el incremento de la temperatura seguirá al menos hasta mediados de este siglo pase lo que pase. A partir de 2050 las cosas se pueden poner realmente complicadas, porque no se logrará que el nivel de calentamiento se quede entre los 1,5 y 2 grados “a menos que se produzcan reducciones profundas en las emisiones de CO? y otros gases de efecto invernadero en las próximas décadas”.

 

En el peor escenario, si no se actúa y las emisiones siguen creciendo al mismo ritmo que hasta ahora, el informe estima que a finales de este siglo se llegaría a un incremento de 4,4 grados, algo que multiplicaría también la intensidad y frecuencia de los fenómenos extremos. Los científicos recuerdan que la última vez en la que se llegó a un nivel de calentamiento por encima de los 2,5 grados fue hace tres millones de años, cuando ni siquiera existía el ser humano. Proyección sobre el aumento de las temperaturas medias en el planeta con un calentamiento global de 1,5 grados (arriba) y un calentamiento de 4 grados (abajo).

 

El Acuerdo de París, firmado en 2015, fijó como objetivo principal reducir las emisiones para que el aumento de la temperatura global se quedara entre esos 1,5 y 2 grados. Y los informes del IPCC sirven también para notificar a los gobernantes de los países sobre qué se debe hacer para cumplir esos compromisos. Los expertos plantean varios escenarios de emisiones durante este siglo. En todos se espera que la barrera de los 1,5 grados se supere en los próximos 20 años debido a los gases de efecto invernadero que ha emitido hasta ahora la humanidad y que permanecen en la atmósfera durante décadas.

 

Pero Pep Canadell, director del Global Carbon Project y uno de los científicos responsables del informe del IPCC, explica que la situación todavía no es irreversible: en el escenario de emisiones más optimista aún se puede lograr que el incremento de la temperatura a final de siglo se quede en 1,5 grados aunque pueda haber una superación temporal de ese umbral en los próximos años.

 

Para quedarse en los 1,5 grados hacen falta reducciones “rápidas, sostenidas y a gran escala”, como explica la climatóloga argentina Carolina Vera, una de las vicepresidentas del grupo de trabajo I del IPCC. Esas reducciones de las emisiones tardarían entre 20 y 30 años en tener efectos en las temperaturas globales. Pero el informe señala que “los beneficios para la calidad del aire llegarían rápidamente”. Además de reducir las emisiones, para cumplir con París se necesitará recurrir a la captura del dióxido de carbono que ya hay en la atmósfera a través de sumideros naturales, como los bosques, o soluciones tecnológicas, añade por su parte Canadell. Eso sí, la captura a través de los sumideros naturales es limitada, por lo que no puede ser la principal solución.

 

Desde que en 1990 se publicó el primero de estos documentos de síntesis se han ido acumulando las evidencias y los estudios sobre el calentamiento. Pero los informes finales del IPCC suelen emplear un lenguaje conservador porque tienen que aprobarse por consenso entre los representantes de los 195 países que participan en las negociaciones climáticas ante la ONU. El equipo científico de este sexto informe presentó sus resultados a los países a finales de julio y durante las dos últimas semanas se ha estado negociando el texto final de 42 páginas presentado este lunes y en el que se zanja el debate sobre la influencia del ser humano en el cambio climático. En la redacción del informe de 2013 se dejaba una mínima ventana abierta a la duda. Pero ocho años después se cierra definitivamente.

 

Atribución de los fenómenos extremos

El equipo científico del IPCC lleva tres años trabajando en este informe. Pero la etapa final ha coincidido con una concatenación de fenómenos meteorológicos extremos, como la tremenda ola de calor de finales de junio en Canadá, las inundaciones en el centro de Europa o en China de julio y los recientes incendios asociados al calor en la cuenca del Mediterráneo. Precisamente, otra de las importantes novedades del informe es la referida a estos eventos. El IPCC afirma rotundo: “El cambio climático inducido por el hombre ya está afectando a muchos fenómenos meteorológicos y climáticos extremos en todas las regiones del mundo. La evidencia de los cambios observados en extremos como olas de calor, fuertes precipitaciones, sequías y ciclones tropicales, y, en particular, su atribución a la influencia humana se ha fortalecido desde el AR5 [el informe de 2013]”.

 

El texto apunta a que “es prácticamente seguro que las olas de calor extremas se han vuelto más frecuentes e intensas en la mayoría de las regiones terrestres desde la década de 1950, mientras que los extremos fríos (incluidas las olas de frío) se han vuelto menos frecuentes y menos graves, con una gran confianza en que el cambio climático inducido por el hombre es el principal impulsor de estos cambios”. Una situación similar se plantea para “la frecuencia y la intensidad de los eventos de precipitaciones intensas”, que han aumentado “desde la década de 1950 en la mayor parte de la superficie terrestre” y de las que “el cambio climático inducido por el hombre es probablemente el principal impulsor”.

 

Sergio Vicente-Serrano, investigador del Instituto Pirenaico de Ecología, del CSIC, y uno de los autores del capítulo referido a los eventos extremos, señala que las evidencias sobre esta vinculación “son mucho más robustas que en los informes anteriores”. En 2013, por ejemplo, se apuntaba a la posibilidad de que aumentaran estos fenómenos en virulencia y frecuencia debido a la energía que se estaba acumulando en la atmósfera por el calentamiento. El gran paso que ha dado la ciencia en los últimos años es el de la atribución de los fenómenos extremos concretos al cambio climático inducido por el hombre, como ocurrió con la ola de calor de Canadá. Se ha logrado, explica Canadell, por los avances tecnológicos —por ejemplo, con computadoras más potentes capaces de manejar muchos más datos— y por el aumento de estos fenómenos.

 

El informe concluye que existe una “relación directa” entre el incremento de las temperaturas medias y la multiplicación de los extremos cálidos, las fuertes precipitaciones, las sequías agrícolas y ecológicas en algunas regiones, además del aumento de los ciclones tropicales intensos y la disminución del hielo marino del Ártico y la reducción de la capa de nieve y el permafrost. El texto avisa de que, por cada medio grado de calentamiento global, se provocan “aumentos claramente perceptibles en la intensidad y frecuencia de extremos cálidos, incluidas olas de calor (muy probable) y fuertes precipitaciones (nivel de confianza alto), así como sequías agrícolas y ecológicas en algunas regiones (nivel de confianza alto)”. Y se advierte de que “habrá una ocurrencia creciente de algunos eventos extremos sin precedentes en el registro de observación con el calentamiento”, incluso si se logra cumplir la meta de los 1,5 grados.

 

Cambios irreversibles

El informe del IPCC recuerda que muchos cambios motivados por las emisiones pasadas ya serán “irreversibles durante siglos o milenios”, especialmente los que afectan a los océanos y las capas de hielo. La investigadora Carolina Vera remacha que estos impactos “van a continuar durante cientos o miles de años, pero se pueden ralentizar si se reducen las emisiones”. Se espera, por ejemplo, que el nivel del mar siga aumentando durante este siglo. Entre 1901 y 2018, el incremento fue de unos 20 centímetros. Y, tomando como referencia el nivel del periodo comprendido entre 1995 y 2014, para 2100 la subida podría ser de 40 centímetros en el escenario de emisiones más optimista; en el más pesimista se duplicaría, hasta superar los 80 centímetros. Esto contribuirá a que se den “inundaciones costeras más frecuentes y graves en las zonas bajas y la erosión” de la costa. “Los eventos extremos relacionados con el nivel del mar que antes ocurrían una vez cada 100 años podrían ocurrir cada año a finales de este siglo”, explica el IPCC.

 

Las inundaciones del siglo serán las inundaciones del año

Entre tales cambios, el informe destaca:

 

-Intensificación del ciclo del agua. Esto significa lluvias más intensas, inundaciones y sequías más pertinaces

-Cambio en los patrones de lluvias. En las latitudes altas, la precipitación posiblemente aumentará, mientras que se proyecta que decrezca en los zonas subtropicales. La precipitación de los monzones variará, siendo diferente en cada región

-Las áreas costeras verán continuar la subida del nivel del mar a lo largo del siglo XXI, lo que contribuirá a mayores inundaciones en las zonas más bajas y a una mayor erosión. Los fenómenos extremos costeros que antes se producían cada cien años, ahora se registrarán cada año

-Un mayor calentamiento amplificará el deshielo de la capa de permafrost y la pérdida de la nieve de temporada, así como el derretimiento de los glaciares y la pérdida de la capa ártica durante el verano

-Los cambios en el océano conducirán a un calentamiento con mayores olas de calor marinas, la continuación de la acidificación del agua, la reducción de los niveles de oxígeno. Tales cambios, que continuarán a lo largo de todo el siglo, afectarán tanto los ecosistemas marinos y la capacidad de las personas de confiar en ellos

-En las ciudades, algunos aspectos del cambio climático se verán aumentados, como el aumento del calor (las zonas urbanas son de por sí ya más cálidas que sus alrededores, la frecuencia de las inundaciones por las lluvias y el aumento del nivel del mar en las urbes costeras.

-Por primera vez, este informe de seis entregas, suministra una valoración regional más detallada del cambio climático, incluyendo información útil para los impactos de riesgo, la adaptación y la toma de decisiones. También facilita un nuevo marco que ayuda a traducir los cambios físicos que producirá el cambio climático -el calor, el frío, la lluvia, la nieve, la sequía, el viento, las inundaciones costeras y más- en términos de su repercusión en las sociedades y os ecosistemas.

 

La información regional puede explorarse en detalle en el nuevo Atlas interactivo desarrollado por el Grupo Intergubernamental, así como en las páginas regionales dedicadas al respeto en el informe.

 

 

Sobre el Grupo Intergubernamental

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) es el principal órgano internacional para la evaluación del cambio climático. Fue creado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en 1988 para ofrecer al mundo una visión científica clara del estado actual de los conocimientos sobre el cambio climático y sus posibles repercusiones medioambientales y socioeconómicas. En el mismo año, la Asamblea General de las Naciones Unidas hizo suya la decisión de la OMM y del PNUMA de crear conjuntamente el IPCC.

 

El IPCC es un órgano científico. Examina y evalúa la bibliografía científica, técnica y socioeconómica más reciente producida en todo el mundo pertinente para la comprensión del cambio climático. No lleva a cabo investigación alguna ni supervisa los datos o parámetros relativos al clima.

 

El IPCC es un órgano intergubernamental. Pueden formar parte de él todos los países miembros de las Naciones Unidas y de la OMM. Actualmente, 195 países son miembros del IPCC. El Grupo Intergubernamental de Expertos se reúne por lo menos una vez al año en sesión plenaria al nivel de representantes de los gobiernos en que se toman las principales decisiones sobre el programa de trabajo del IPCC y se elige a los miembros de la Mesa, entre ellos el Presidente. Los gobiernos participan también en la exploración del alcance de los informes, la designación de los autores y el proceso de examen, y aceptan, adoptan y aprueban los informes en las sesiones plenarias.

 

Por su carácter científico e intergubernamental, el IPCC encarna una oportunidad excepcional de ofrecer información científica rigurosa y equilibrada a las instancias decisorias. Al hacer suyos los informes del IPCC, los gobiernos reconocen la autoridad de su contenido científico. Así pues, la labor de la organización es pertinente para la adopción de políticas y, sin embargo, neutral al respecto, nunca preceptiva.

 

 

Fuente: IPCC; ONU; El País (España)