Existen estrategias urbanísticas que pueden colaborar en la prevención de enfermedades psicológicas. Recomiendan hacer "acupuntura urbana": volver verde las plazas, peatonalizar calles y construir teatros.
Por Vivian Urfeig
De acuerdo a las investigaciones del Centro de Diseño Urbano y Salud Mental de la Universidad de Georgetown, la arquitectura y la medicina pueden colaborar para promover un concepto de ciudades saludables. Este organismo, que funciona en Washington hace un año, invita a profesionales vinculados al urbanismo, la sociología y la psiquiatría a encontrar soluciones para minimizar el riesgo de sufrir enfermedades mentales.
Layla McCay, psiquiatra y profesora de la Universidad, coordina las estrategias para crear entornos urbanos que respondan a las necesidades de los habitantes y fomenten hábitos saludables. Se trata, según los expertos, de conseguir calles que no sólo sean eficientes, sino que también sean sensibles al estado de ánimo, que mejoren la experiencia del uso y que ayuden a crear ciudadanos felices, sociables y en contacto con la naturaleza.
Tránsito, bocinazos, contaminación visual y polución integran un combo que juega en contra del bienestar y la interacción social en las grandes ciudades. Entre las investigaciones del Centro de Diseño Urbano, también cobra peso el contacto con la naturaleza. La cercanía y el acceso a las zonas verdes ayuda a combatir el estrés y la fatiga cognitiva, según los especialistas.
Pablo Güiraldes, director Nacional de Desarrollo Urbano de la Secretaría de Vivienda y Hábitat de la Nación, plantea que en las ciudades compactas, el encuentro cara a cara con los vecinos, la identificación y la apropiación del barrio "prosperan notablemente los niveles de bienestar. A medida que se mejoran las escalas de satisfacción básicas vinculados con la ciudad, aumenta la sensación de felicidad", explica el arquitecto. Y sugiere la puesta en práctica de ciudades caminables: "En muchas ciudades del mundo, al restringir el uso del auto y promover la escala peatonal se mejora la vida en los barrios, fomentando el buen uso de las calles, el espacio público y los espacios verdes".
Para el catedrático de Urbanismo y Ordenación de Territorio de la Universidad Politécnica de Madrid, José Fariña, las zonas verdes actúan como remanso. Fariña señala que los espacios con vegetación en las ciudades deben formar parte de la agenda, ya que favorecen los vínculos sociales y mejoran el estado de ánimo. "Y si la zona verde está próxima, a unos 250 o 300 metros, los niveles de estrés se reducen en un 20%", apunta.
Otro ejemplo donde la planificación y la salud van de la mano es la ciudad de Curitiba, Brasil. Jaime Lerner, tres veces alcalde y dos veces gobernador del estado de Paraná, plantea el concepto de “acupuntura urbana”. El arquitecto y político brasileño cree que “La ciudad no es el problema, es la solución. Durante muchos años me han invitado a hablar sobre los problemas de las ciudades, pero pocas veces sobre las soluciones". Poner un museo en una zona degradada, parquizar plazas, peatonalizar ejes viarios o construir teatros en sitios industriales son algunos de los ejemplos que utiliza.