Muniboletin
14/08/14
ClarĂ­n
El ruido que enferma y devalĂșa

Además de afectar la salud, se estableció que también puede impactar en el precio de las propiedades ubicadas sobre calles con colectivos o que lindan con escuelas.

 

Nos puede tapar la basura, pero nos vamos a dar cuenta tarde o temprano. Nos puede envenenar la contaminación del aire, pero ya sabemos que es un peligro latente. Podemos perder el agua potable para siempre, pero ya inventamos las aguas saborizadas. Todas las calamidades urbanas que te puedas imaginar son amenazas reales a nuestra calidad de vida, pero nada es como ese asesino silencioso: el ruido… (bueno, no silencioso; digamos, invisible).

El barullo urbano afecta nuestra salud de los modos más diversos, pero también afecta al valor de los inmuebles. Claro que el mayor peligro es para la audición de la gente, sobre todo la que tiene que trabajar con ruido constante, como en una fábrica o usando un martillo neumático. Sin embargo, el ruido urbano también hace sus estragos en la salud pública. Una investigación que los doctores Lisa Goines y Louis Hagler llevaron a cabo para la Sothern Medical Association afirma que la mayor molestia la produce el ruido de baja frecuencia (grave), acompañado de vibraciones. Igualito al que hacen autos, camiones y colectivos. Y aseguran que es peor cuando el ruido se incrementa progresivamente en lugar de permanecer constante. Como ocurre a la mañana, cuando empiezan a circular los vehículos.

Los investigadores afirman que en barrios residenciales, los ruidos nocturnos y diurnos no deben superar los 55 dB, y dentro de la casa, deben ser menos de 45 dB. Para tener una idea de lo que estamos hablando, una heladera ruidosa produce esa cantidad de sonido.

Si bien es cierto que los expertos coinciden en que los ruidos menores a 70 dB no producen daños en la audición, el ruido de fondo también te hace mal. Si soportás ruidos de 85 dB para arriba durante 8 horas, vas a tener problemas seguro. Y no te creas que es difícil que haya semejante batifondo en las calles de una ciudad como Buenos Aires. Por caso, el tráfico de los camiones pesados que pasan por Avenida Eduardo Madero, en el Bajo porteño, puede llegar a 80 dB promedio en horas pico.

A nivel internacional, es aceptado que el tránsito vehicular es el que más influye en el ruido urbano. En 1998, los investigadores Marchetti, Brunstein y Burijson confirmaron que el 67% del ruido ambiental de Buenos Aires lo producen motos, autos, colectivos y camiones. En 1999, esos valores fueron corregidos a un 80%.

Para saber qué nivel de ruido soportamos los porteños, existen 18 estaciones de monitoreo que informan la situación en lugares clave de barrios como Mataderos, Liniers, Vélez Sarsfield, Pompeya, Saavedra, Belgrano, Parque Patricios, Parque Avellaneda, Palermo, Villa Urquiza, Villa Devoto, Balvanera, Almagro, Palermo, Recoleta, Caballito, Flores y San Nicolás.

En pleno Once, por ejemplo, el ruido de un día miércoles, más precisamente el 14 de septiembre de 2012 (último dato disponible), estuvo por arriba de los 70 dB todo el día. En esa misma fecha, en el Microcentro, el pico que superó los 70 dB se dio al mediodía. Y en Cabildo y Juramento, tal vez la esquina más ruidosa de la Argentina, ese miércoles de 2012 se alcanzaron picos de 80 dB a las 3 de la tarde.

Como los daños que genera el barullo urbano no son suficientemente visibles, la doctora en economía Mariana Conte Grand realizó una investigación para la Universidad del CEMA que le puso precio a la contaminación sonora de Buenos Aires. La idea del trabajo se basó en que la gente está dispuesta a pagar más por una propiedad ubicada en una calle menos ruidosa. Y esa diferencia es el costo del ruido. La antigüedad de la propiedad, si el edificio tiene cocheras, su superficie cubierta y la cercanía a una plaza son los valores más apreciados. Por el contrario, si la propiedad está en una calle con colectivos, o al lado de una escuela, los precios pueden caer a partir de un 15%. Para Pedro Barragán el prejuicio puede ser mayor. Mantiene desde hace 14 años un pleito con la Ciudad por el ruido de la Autopista 25 de Mayo. Su percepción es que la autopista ya devaluó un 30 por ciento su departamento. Al final, el ruido te resiente la salud y te estropea la economía.