Tras las doce horas de corte de los vecinos de San Antonio de Areco por el mal estado de la Ruta Provincial 41, se reavivó una problemática; la deplorable condiciones de los caminos bonaerenses. ¿Cuáles son los otros caminos que no están en condiciones de ser transitados?
Meses atrás, La Tecla llevó a cabo un relevamiento y dio a conocer qué rutas eran las más destruidas al momento de transitarlas.
Acá el informe completo:
Un camino, ¿solo de ida?
Las rutas bonaerenses más transitadas se encuentran en mal estado. La Tecla realizó un relevamiento para conocer cuáles son las más comprometidas y qué tipo de falencias tienen ¿Qué tienen en común una canción de Vicentico y el estado de las rutas de la Provincia? Que en ambos casos “los caminos son muy difícil de andarlos”.
Cada vez son más frecuentes los reclamos de los habitantes del territorio bonaerense por el lamentable deterioro de las rutas. Diputados e intendentes se han sumado a este pedido, incluso del oficialismo, porque saben que en cualquier momento las carreteras pueden jugarles una mala pasada a cualquiera de ellos que las transiten. ¿Cuáles son los tramos con más problemas de los casi once mil kilómetros que hay en la Provincia?
Una de las más deterioradas es la N° 6, que atraviesa doce municipios bordeando al Conurbano y uniendo los puertos de Zárate-Campana (al norte de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) y Berisso (al sur).
La ruta se puede dividir en dos segmentos. El tramo que une La Plata-Cañuelas cuenta con las siguientes falencias: poca iluminación, banquinas en mal estado, rotondas mal señalizadas y cambios bruscos de autovía a un solo carril. En este sector aún no se conformó la autovía, como se anunció.
Por otra parte, el tramo que va desde la localidad de Cañuelas hasta Zárate cuenta con irregularidades mayores, sumadas a las anteriormente mencionadas. Se pueden hallar pozos de gran tamaño, obligando a los conductores a realizar maniobras repentinas hacia el carril contrario o disminuyendo la velocidad bruscamente.
A raíz de esta situación, vecinos autoconvocados se han hecho presentes en el lugar. Las autoridades bonaerenses, según informaron a La Tecla, anunciaron que la próxima semana comenzarían a llevarse a cabo las refacciones.
Los sectores que se pavimentaron en los últimos años, según contó personal de Vialidad, tendrían que haber durado en óptimas condiciones entre 20 y 30 años.
Otra de las carreteras con grandes dificultades es la RP 41. Desde Baradero hasta casi llegar a Lobos (alrededor de 220 kilómetros) tiene innumerables falencias. El peor tramo se da entre las ciudades de San Antonio de Areco y San Andrés de Giles. Los baches son profundos, con grandes ondulaciones y muy desparejos. Los usuarios aseguran que “está intransitable”. Sumado a esto, ahora se está destruyendo el tramo Areco-Baradero. Dicho segmento fue reasfaltado hace poco más de cinco años.
Desde Baradero hasta Lobos, además de las malas condiciones de la superficie, la ruta se encuentra sin demarcar, las banquinas están abandonadas y es muy deficiente la señalización. Desde Lobos hasta Castelli, lugar en el que finaliza, las condiciones mejoran.
La RP 31, camino en el que falleció la familia Pomar en 2009, también presenta sus falencias. Desde Salto hasta el cruce con la ruta nacional N° 7 el camino mejora, sin embargo, desde Salto a Colón se observan algunos baches y poca señalización. Otra de las rutas bonaerenses que muestran falencias es la N° 86, que conecta la ciudad de Necochea con Pehuajó.
Uno de los tramos más transitados de esta calzada son los más de 130 kilómetros que unen a Benito Juárez con la costa bonaerense. Esta carretera tiene mucho tránsito pesado, a raíz del puerto Quequén, y el estado es lamentable. Además de faltarle señalización y demarcación, posee gran cantidad de baches.
Algo similar sucede en la ruta 46 en el tramo que une Junín con 25 de Mayo. Sumado al deterioro habitual, tiene desniveles muy importantes de asfaltos al momento de cruzar las alcantarillas. Otra de las rutas en mal estado es la provincial 32 en el trayecto Salto-Pergamino. También cuesta mucho transitar con tranquilidad en la RP N° 51. La peor zona es el sector que une Ramallo con Carmen de Areco, pero también el trazado desde Azul hasta Saladillo se encuentra con varios pozos, demarcaciones poco visibles y en dirección sur-norte, a raíz del exceso de kilos del transporte pesado, con significativa cantidad de ondulaciones. Las banquinas presentan imperfecciones.
En la localidad de Hipólito Yrigoyen, la situación también es dificultosa. Si bien se inició la repavimentación de la RP Nº 65, se suspendió la obra pronosticada para el acceso al distrito, que actualmente tiene alrededor de diez kilómetros de camino de tierra.
En esa zona también se reclama por la repavimentación de la RP Nº 85, que entre el trayecto Salliqueló-Carlos Pellegrini se encuentra en muy mal estado la super-ficie y, además, presenta banquinas abandonadas. Las mismas problemá-ticas se observan en la RP 60 desde Huanguelén hasta Guaminí.
Por último, hay otras tres rutas que también cuentan con grandes falencias. Por un lado, la N° 74 entre el tramo Maipú-Tandil. También parte de la N° 88 que une Necochea con Mar del Plata. Y la N° 47 donde enlaza a Navarro con Luján.
En la primera de las vías los baches son frecuentes; la demarcación, prácticamente inexistente; y faltan señalización y luminarias. En la segunda sucede algo similar, por la falta de mantenimiento, a pesar de ser una de las principales arterias en lo que refiere a la temporada veraniega. En la última de las tres, la presencia de baches también es una constante, con el agravado de que son de grandes dimensiones.
Los problemas son los mismos en todos los caminos que interconectan la Provincia: falta de señalización y luminarias, abundancia de baches y mínimos controles de los transportes pesados, entre otras cuestiones. Hay varias promesas para 2012 con respecto a repavimentaciones, y los usuarios son optimistas en que éste sea el año en el que se solucionen estas dificultades.