La directora del Centro de Información de Naciones Unidas para Argentina y Uruguay será una de las expositoras en Sustainable Brands Buenos Aires 2016, un espacio en el que se discutirá y aprenderá sobre cómo construir un futuro sustentable

Con una larga experiencia dentro de las Naciones Unidas, Tamar Hahn, argentina israelí que es hoy la directora del Centro de Información del organismo internacional para Argentina y Uruguay, no duda: "Se está gestando un cambio". Y en esta gestación, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que acordaron los países miembros de la ONU involucran a todos los actores de la sociedad, desde los gobiernos hasta las empresas, organizaciones sociales y los individuos.

Previo a su exposición en Sustainable Brands Buenos Aires 2016, que se llevará a cabo el 13 y 14 de septiembre en la Usina del Arte, Hahn adelantó la agenda 2030 para el desarrollo sostenible.

-¿Qué es la agenda 2030 para el desarrollo sostenible que entró en vigencia el 1 de enero de 2016?

-La agenda 2030 es una acuerdo global que se hizo en septiembre de 2015. Implica un pacto no vinculante entre los gobiernos que son parte de Naciones Unidas, para tener una agenda y objetivos consensuados. Es amplísima y cubre una variedad de temas, en 17 objetivos de desarrollo sostenible, que no sólo incluyen lo económico sino también lo social y lo ambiental para todos los países del mundo. Sus 169 metas nos interpelan a todos.

-¿Cuáles son las metas?

-Pobreza cero, hambre cero, vida sana, educación inclusiva, disponibilidad de agua, acceso a energía asequible, el cambio climático, son algunos de estos ODS que todos los países se comprometieron a cumplir entre 2016 y 2030.

-¿Cómo hacen los países y las empresas para bajar esta agenda?

-En Argentina el gobierno asumió el compromiso y se están adhiriendo las provincias y los municipios para ver cuáles son los objetivos más relevantes. A nivel de las empresas está el Pacto Global con Naciones Unidas para ser un motor de estos objetivos de sustentabilidad. Las grandes empresas ya están haciendo la bajada. Acciones como "Yo también firmo" por el acuerdo de cambio climático, que se realizó en Buenos Aires; poniéndo banners en distintos puntos de la ciudad para generar conciencia y prácticas más sostenibles y para que la gente tome compromisos individuales. A la gente le importa el tema y quiere comprometerse.

-¿Cómo define el desarrollo sostenible?

-Es aquel desarrollo económico que toma en cuenta lo ambiental y lo social con una visión a futuro para el planeta. No es sólo generar un desarrollo, sino que sea sostenible en el tiempo. Para una empresa, es más allá de la responsabilidad social empresaria en la que deciden hacer un proyecto filantrópico hacia sus trabajadores o hacia la comunidad. Es cultural, lleva a cambiar la cadena de producción, materiales, reciclar, minimizar el uso del agua, cambios en el marketing, en el packaging. Es costoso y apunta a que la empresa cambie siendo sostenible.

-Son objetivos ambiciosos. ¿Son posibles de cumplirse?

-Desde Naciones Unidas pensamos líneas de acción concreta y tenemos expertos en todos los temas para que colaboren con los gobiernos y las empresas para que puedan cumplirse. Por ejemplo, una herramienta que se desarrolló es "el año que viví de manera sostenible", que son tips básicos como mayor reciclaje, usar menos luz, no consumir lo que no se necesita. Es imposible lograrlo solo como gobierno, como empresa, o como individuo. Es posible lograrlo en alianza. Si todos podemos juntarnos con este objetivo se pueden lograr. Son ambiciosos, pero son 15 años, y tenemos know how, cooperación entre países. Pero en silos no va a resultar. Estos objetivos no fueron planteados como imposibles de hacer, sino como algo que, con el esfuerzo, el financiamiento, la cooperación, son logrables. No es una agenda de fracasos: puede concretarse, pero en alianza con todos.

-¿Cuánto pesan la innovación y la creatividad para cumplir los ODS?

-Innovación y creatividad son importantes. Si seguimos haciendo las cosas como hasta ahora no va a funcionar. Hay que generar espacios creativos e innovadores, start ups que tengan estos objetivos. Espacios de exploración y experimentación, entendiendo que esto implica también fracasar. La empresa tiene que hacer el esfuerzo para innovar y nutrir ese ecosistema. Y generar una línea de inversión dentro de la empresa para la innovación. No todo es pensar en cuánto va a redituar. Y no ser cortoplacistas. Naciones Unidas no pretende tener una hoja de ruta específica o un manual. Este es un desafío para todos.